Para muchas personas, establecer metas en su vida es una acción constante, pero ¿cuántas de estas personas, realmente alcanzan a cumplirlas?. Por ejemplo, las resoluciones de Año Nuevo, ¿cuántos de nosotros cada año, en las doce campanadas, redactamos nuestros propósitos del año que está comenzando?, y ¿cuántos de nosotros realmente vemos cumplidos estos deseos? Las estadísticas indican que es muy probable que se trabaje un par de semanas para alcanzar este propósito, pero después se abandone con la misma rapidez ante el primer obstáculo que se nos presenta.
No importa cuál haya sido la razón o la serie de eventos desafortunados que aparentemente te impidieron alcanzar tus objetivos (el destino, la familia, el trabajo, etc.), siempre hay una circunstancia que hace que nuestra meta se vea taaaaan lejana.
Pero ¿qué es esto que nos impide la realización de nuestras metas?
Pues ahora que hemos trabajado con algunos emprendedores, hemos podido definir algunas razones y algunas formas de solucionarlo.
Aquí las tienes:
- 1. Tienes un conflicto de objetivos
Muchas veces queremos realizar tantas cosas, que nosotros mismos nos proponemos objetivos y metas que están directa o indirectamente relacionas y lo peor, entran en conflicto entre sí.
Algunas veces podemos tener objetivos que de forma simultánea compiten entre ellos, y por lo tanto una acción hacia adelante en una meta, significa un retroceso en la otra. Es decir, nos estamos autosaboteando nosotros mismos.
SOLUCIÓN:
Se honesto contigo mismo y tómate el tiempo para reflexionar en cada una de las metas que te marcaste. Pregúntate si al tratar de lograr ese objetivo no estás afectando el logro de algún otro.
Por ejemplo, muchas veces nuestras propias creencias hacen que entremos en conflicto con nuestras metas. (Quiero generar más ventas en mi negocio, pero no quiero autopromocionarme y parecer necesitado o arrogante). Esto puede significar un retroceso o simplemente un obstáculo en el camino al logro de nuestro objetivo, es por ello que debemos de detenernos a pensar y llegar a un punto medio, en el que tanto nos sintamos satisfechos con nuestros actos, como que veamos un avance en alcanzar nuestra meta (probablemente nos tardemos un poco más, pero poco a poco nos daremos cuenta que algunos de los impedimentos que teníamos, eran pensamientos infundados y que podemos vivir con ellos y lo más importante llegar al éxito.
2. No tienes suficiente fe en ti mismo.
Todos somos capaces de realizar actividades increíbles en nuestra vida. Solo hay que saber cuáles son nuestras mejores habilidades y hay que explotarlas.
¿Crees que puedes alcanzar tus metas y te ves a ti mism@ alcanzándolas? ¿O tienes muchas dudas e incertidumbre sobre lo que es posible para ti? Entiende que, si tienes dudas de que creer en ti mism@, entonces probablemente no vas a poder comprometerte al 100%, con tus objetivos. Así que cambia eso para poder llegar a realizar lo que te propones.
SOLUCIÓN:
No tiene sentido actuar, tomar medidas extremas, si realmente no crees que te traerá los resultados que deseas. Así que, reflexiona y sé honesto contigo mismo, ¿realmente crees en ti mismo y en tus habilidades para lograr lo que quieres? Si no es así, ¿por qué? ¿Qué necesitas cambiar para que lo hagas?
Siempre trata de tener un enfoque honesto para evaluar tus capacidades y los recursos con los que cuentas. No dudes de ti, no dudes de lo que puedes hacer y llegar a hacer. Por supuesto que todos tenemos la capacidad de mejorar, de aprender más, pero eso no significa que con lo que tenemos no podamos alcanzar nuestras metas y poco a poco llegar a superarlas.
En el momento que tengas dudas de ti, detente y ve en retrospectiva todas las cosas que has llegado a hacer en tu vida (aunque consideres que son muy pequeñas, no te menosprecies, porque aun cuando parezcan pequeñas, son logros que has realizado en tu vida). Así que revisa todo ese camino que has hecho por tu propio paso y emociónate con lo que vas a poder lograr hacer en el futuro.
3. Eres todo palabras y nada de acción
A veces es muy fácil hablar, hacer promesas y establecer metas en papel, pero lo difícil es darles la vuelta en la mente y comenzar a realizarlas, ponerse manos a la obra.
Y muchas veces nos decepcionamos por no poder lograr lo que deseamos, porque dijimos que lo haríamos y no sucedió.
Esto muchas veces sucede porque cuando vemos nuestras metas, pensamos que son inalcanzables y nuestras emociones pasan de euforia, a estrés y por último a decepción. No decimos que no nos pongamos metas grandes, solo que antes, hay que ponernos pequeñas metas y poco a poco irlas cumpliendo.
SOLUCIÓN:
No te comprometas con cosas, con metas que no puedas medir, ¿por qué medir? Porque al poder medir te podrás poner mini objetivos y tener mini logros que te harán motivarte. Porque cada vez que dices que vas a hacer algo y luego vas y lo haces, aumentas tu confianza en ti mism@.
Realiza una acción todos los días para lograr tu objetivo, por pequeña que sea, y deja que ese sea tu hábito. Así, tus palabras ¡tus palabras finalmente tendrán mucho peso y significado para ti y para los demás!
4. Tienes una visión ambigua
Las metas vagas dan como resultado planes vagos que por lo general nunca se describen con claridad y, por lo tanto, generalmente nunca tienen tiene un punto claro para empezar (Así que, ¡¿cómo sabrías por dónde empezar?!). ¡O también sucede que no tienen una meta final bien definida, por lo que nunca pueden llegar a completarse! Los objetivos abstractos pueden dejar a los emprendedores perdidos al tratar de conectar todos los peldaños hacia resultados dudosos y por lo tanto la falta de motivación aparece de inmediato, acompañada de pasividad, inacción.
SOLUCIÓN:
Si no tienes muy claro lo que quieres, por qué y cómo avanzar, no alcanzarás tus objetivos.
Así que planea correctamente un primer objetivo, desarróllalo, identifica cada aspecto de cómo lo vas a realizar, con qué, en qué momento y, sobre todo, pon puntos de referencia para medir tus logros. Sabrás cuándo has articulado tu objetivo lo suficientemente bien porque será tan claro y emocionante que incluso podrías derramar lágrimas de felicidad al pensar en lograrlo.
Conclusión
¿Eres capaz de relacionarte con alguna de las cuatro categorías anteriores? Si es así, entonces en este punto probablemente te estés preguntando qué píldora mágica están tomando las personas exitosas para superar tales obstáculos y dónde se puede conseguir.
La razón por la que los emprendedores que buscan soluciones rápidas y sencillas para sus problemas rara vez pueden resolver sus problemas es que no existe una solución única para todos los asuntos relacionados con la productividad o el logro.
Pregúntale a cualquier persona exitosa, ¿cómo llegó a donde está hoy? y te dirá que se trata de trabajar en sus hábitos y mentalidad, y que, contrariamente a la creencia popular, estos pilares del logro en realidad requieren tiempo y esfuerzo, cosas que absolutamente no se puede poner una etiqueta de precio!
Desarrollar las técnicas correctas para usar nuestro tiempo y recursos de manera productiva puede ser un desafío, pero si alguna vez sientes que las cartas están en su contra, piensa en esta frase:
“Cuando todo parezca estar en tu contra, recuerda que el avión despega contra el viento, no con él.” (Henry Ford)
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